A Hollman Morris le disgusta que se hable de las despreciables “chuzadas del DAS” como si hubieran sido solamente eso: interceptaciones telefónicas, simple espionaje por parte de ese poderoso organismo de Inteligencia del Estado colombiano (Departamento Administrativo de Seguridad), una policía secreta que depende directamente de la Presidencia de la República.

“Han sido mucho más: una verdadera campaña de persecución e intimidación que incluyó amenazas de muerte a menores de edad y desestabilización sicológica a nuestras familias”, dijo hace un par de meses en Medellín, en un evento convocado por la Universidad de Antioquia con motivo del Día de Libertad de Prensa.
En su programa Contravía, analizó así esta campaña de terror iniciada contra él y otros periodistas, jueces, defensores de derechos humanos…
Por eso son necesarios actos como los que hoy lunes 28 de junio se realizará en Bogotá y mensajes como el que va a continuación:
Comunicado a la opinión pública
Medios para la Paz se suma al homenaje al equipo del Programa “Contravía” y al periodista Hollman Morris por “las calidades de la labor periodística (…) y el valor de un periodismo comprometido con el país en el fortalecimiento de la democracia colombiana”.

Morris ha sido objeto de una campaña de desprestigio a nivel nacional e internacional, instada desde el DAS que ha incluido amenazas e intimidaciones contra su vida y la de su familia, así como intentos por vincularlo a las Farc, confirmando lo advertido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en 2004, al indicar que en los señalamientos contra “quienes ejercen la actividad periodística o defienden los derechos humanos hay aquiescencia del Gobierno”.
Las operaciones del DAS han sido consideradas por organizaciones estadounidenses como “Mucho peor que el Watergate”, en la medida en que “no se enfocaron en presuntos terroristas, sino en personas que desempeñan actividades legítimas y democráticas, incluyendo: la Corte Suprema de Justicia y los jueces del Corte Constitucional, candidatos presidenciales, periodistas, editores, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, las Naciones Unidas, así como también defensores de los derechos humanos en Colombia, los Estados Unidos, y Europa” [1] (el destacado es nuestro).
Medios para la Paz acoge el pronunciamiento de la CIDH el que se reitera “que la libertad de expresión (dentro de la cual se encuentra la crítica política y la protesta social) es un derecho fundamental que ha de garantizarse no solo en cuanto a la difusión de ideas e informaciones que son recibidas favorablemente o consideradas inofensivas e indiferentes, sino también en cuanto a las que ofenden, resultan ingratas, chocan o perturban al Estado o a cualquier sector de la población. Así lo exige el espíritu de pluralismo, tolerancia y apertura que es esencial en una sociedad democrática” (CIDH, 2009).
Medios para la Paz reitera el llamado a las instancias competentes de investigar y sancionar a los responsables directos e indirectos de la campaña sistemática de espionaje y hostigamiento contra periodistas, la cual atenta contra su vida y seguridad y contra la defensa y garantía de la libertad de expresión y del derecho a la información de todos los ciudadanos.
En este sentido, Medios para la Paz insta al nuevo Presidente de Colombia a comprometerse con los Diez Desafíos planteados por los relatores de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos[2], encaminados, de una parte, a eliminar:
i) Los mecanismos ilegítimos de control gubernamental sobre los medios de comunicación;
ii) la difamación penal;
iii) la violencia contra periodistas;
iv) las restricciones al derecho de acceso a la información;
v) la discriminación en el ejercicio del derecho a la libertad de expresión; y
vi) las presiones económicas. Y, de la otra, a apoyar canales alternativos de información (emisoras públicas y comunitarias, internet y acceso a tecnologías de información y comunicación).
Bogotá, junio 27 de 2010
[1] Oficina sobre Asuntos Colombianos en los Estados Unidos; Grupo de Trabajo por Asuntos Latinoamericanos; Centro para Política Internacional; y Oficina en Washington sobre Asuntos Latinoamericanos. Ver aquí.
[2] Declaración firmada por el Relator Especial de Naciones Unidas para la Libertad de Opinión y de Expresión, la Relatora Especial de la Organización de Estados Americanos para la Libertad de Expresión, el Representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa para la Libertad de los Medios de Comunicación, y la Relatora Especial sobre Libertad de Expresión y Acceso a la Información de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos Ver Declaración completa.

“Han sido mucho más: una verdadera campaña de persecución e intimidación que incluyó amenazas de muerte a menores de edad y desestabilización sicológica a nuestras familias”, dijo hace un par de meses en Medellín, en un evento convocado por la Universidad de Antioquia con motivo del Día de Libertad de Prensa.
En su programa Contravía, analizó así esta campaña de terror iniciada contra él y otros periodistas, jueces, defensores de derechos humanos…
Por eso son necesarios actos como los que hoy lunes 28 de junio se realizará en Bogotá y mensajes como el que va a continuación:
Comunicado a la opinión pública
Medios para la Paz se suma al homenaje al equipo del Programa “Contravía” y al periodista Hollman Morris por “las calidades de la labor periodística (…) y el valor de un periodismo comprometido con el país en el fortalecimiento de la democracia colombiana”.

Morris ha sido objeto de una campaña de desprestigio a nivel nacional e internacional, instada desde el DAS que ha incluido amenazas e intimidaciones contra su vida y la de su familia, así como intentos por vincularlo a las Farc, confirmando lo advertido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en 2004, al indicar que en los señalamientos contra “quienes ejercen la actividad periodística o defienden los derechos humanos hay aquiescencia del Gobierno”.
Las operaciones del DAS han sido consideradas por organizaciones estadounidenses como “Mucho peor que el Watergate”, en la medida en que “no se enfocaron en presuntos terroristas, sino en personas que desempeñan actividades legítimas y democráticas, incluyendo: la Corte Suprema de Justicia y los jueces del Corte Constitucional, candidatos presidenciales, periodistas, editores, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, las Naciones Unidas, así como también defensores de los derechos humanos en Colombia, los Estados Unidos, y Europa” [1] (el destacado es nuestro).
Medios para la Paz acoge el pronunciamiento de la CIDH el que se reitera “que la libertad de expresión (dentro de la cual se encuentra la crítica política y la protesta social) es un derecho fundamental que ha de garantizarse no solo en cuanto a la difusión de ideas e informaciones que son recibidas favorablemente o consideradas inofensivas e indiferentes, sino también en cuanto a las que ofenden, resultan ingratas, chocan o perturban al Estado o a cualquier sector de la población. Así lo exige el espíritu de pluralismo, tolerancia y apertura que es esencial en una sociedad democrática” (CIDH, 2009).
Medios para la Paz reitera el llamado a las instancias competentes de investigar y sancionar a los responsables directos e indirectos de la campaña sistemática de espionaje y hostigamiento contra periodistas, la cual atenta contra su vida y seguridad y contra la defensa y garantía de la libertad de expresión y del derecho a la información de todos los ciudadanos.
En este sentido, Medios para la Paz insta al nuevo Presidente de Colombia a comprometerse con los Diez Desafíos planteados por los relatores de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos[2], encaminados, de una parte, a eliminar:
i) Los mecanismos ilegítimos de control gubernamental sobre los medios de comunicación;
ii) la difamación penal;
iii) la violencia contra periodistas;
iv) las restricciones al derecho de acceso a la información;
v) la discriminación en el ejercicio del derecho a la libertad de expresión; y
vi) las presiones económicas. Y, de la otra, a apoyar canales alternativos de información (emisoras públicas y comunitarias, internet y acceso a tecnologías de información y comunicación).
Bogotá, junio 27 de 2010
[1] Oficina sobre Asuntos Colombianos en los Estados Unidos; Grupo de Trabajo por Asuntos Latinoamericanos; Centro para Política Internacional; y Oficina en Washington sobre Asuntos Latinoamericanos. Ver aquí.
[2] Declaración firmada por el Relator Especial de Naciones Unidas para la Libertad de Opinión y de Expresión, la Relatora Especial de la Organización de Estados Americanos para la Libertad de Expresión, el Representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa para la Libertad de los Medios de Comunicación, y la Relatora Especial sobre Libertad de Expresión y Acceso a la Información de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos Ver Declaración completa.
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