La verdad, esa que no tiene precio
A Jesús María Valle Jaramillo, un valiente defensor de derechos humanos en Antioquia, lo mataron hace nueve años por decir la verdad , por luchar a toda costa por ella. Fue el 27 de febrero de 1998 en su oficina, la 405, en un edificio del centro de la ciudad situado a todo el frente del Tribunal Superior de Medellín y a media cuadra del Banco de la República, lugares donde siempre hay vigilancia policial. Dos hombres y una mujer entraron al lugar, obligaron a su hermana -quien era su secretaria- a tenderse al piso. A Jesús María le amarraron las manos con los cordones de sus zapatos y después lo acribillaron de dos disparos en la cabeza. En el operativo participaron unos 15 asesinos. Valle venía denunciando la complicidad de la fuerza pública con paramilitares que estaban masacrando personas en Ituango, su pueblo, donde además era concejal. “En todo el perímetro urbano, al lado de la Alcaldía, al lado del Comando de la Policía y muy cerca del Ejército, se encuentra domiciliado el Com