
¿Desde dónde y con qué ojos ve nuestro periodismo a las ciudades y a los fenómenos urbanos? Estas son algunas ideas personales, apenas como para iniciar un debate, advirtiendo que hay muchas honrosas excepciones.
Parte I: el balcón para mirar la ciudad
En buena medida, las noticias ven las ciudades desde los centros de poder: político, económico, administrativo, cultural, etc.
Las ciudades se ven ‘institucionalizadas’ cuando la vida cotidiana es lo menos institucional que existe.
La participación ciudadana
La apertura de micrófonos y la consulta de ciudadanos aislados significa una participación ficticia.
No es una real interlocución, no hay diálogo ciudadano, sólo versiones de lado y lado que parecen pólvora de luces: explotan y se esfuman como si nada.
Agendas informativas
En gran medida, están trazadas por las oficinas de prensa de las instituciones del gobierno o de las empresas.
Las oficinas de prensa y no la prensa, están marcando entonces la agenda ciudadana que muestran los medios.
Aparte de eso, los medios se volvieron monotemáticos y monocromáticos: los mismos temas, tratados de la misma manera.
Mapas mentales de la ciudad
Las noticias ayudan a construir imaginarios del mundo, las personas, las situaciones... Crean ‘guías propias’, particulares y limitadas sobre la ciudad.
El imaginario y las ideas de ciudad son sectorizados, no sólo porque así es la vida, también por las informaciones.
Omisión de formas de autodesarrollo
Por partir generalmente de conflictividades, las noticias reconocen con dificultad procesos positivos –de participación, deliberación, desarrollo– gestados desde los propios ciudadanos.
Se tiene la idea que ni las buenas noticias ni los procesos sociales ‘venden’.
Zonas invisibles
Las ciudades que muestran las noticias están llenas de ‘agujeros negros’ para la información, de zonas que rara vez aparecen.
Grupos sociales invisibles
La visibilidad social en los medios parece estar dada por la capacidad de movilización violenta, masiva o curiosa. Quien no se mueva dentro de esos rangos, no existe para los medios.
Conflictos importantes, poco importantes
Numerosas situaciones permanecen en un clima de alta tensión. Algunas hasta llevan a verdaderos fenómenos de gran dinámica y crisis urbanas, y pasan desapercibidos para la prensa.
Exclusión de periferias urbanas
En las noticias se da por su negación, su olvido. Aunque todas las ciudades tienen áreas rurales, ellas permanecen en un limbo: no son ciudad, tampoco campo.
Ciudades que parecen sordas
El ruido cotidiano de las calles o los hogares está ausente de los informes periodísticos.
El lenguaje propio de cada medio y las posibilidades de los géneros informativos no están siendo explotados como se pudiera.
El día es la vida, la noche la muerte
Las noticias buenas se acuestan temprano: de noche sólo ocurren hechos violentos, accidentes, cosas malas... y ‘refritos’ y ‘reencauches’… O es para la frivolidad de una rumba. No más. La noche no tiene vida informativa propia.
Los pobres sólo aparecen en la tragedia
La ‘página roja’ es la sección ‘rosa’ de los pobres. Rara vez se les muestra, salvo cuando son centro de la noticia trágica por violencia o la naturaleza. Su cotidianidad no se muestra completa.
Los ricos sólo aparecen en la frivolidad
Aunque suene paradójico son otro sector ‘marginado’ de las noticias. Su cotidianidad tampoco se muestra completa.
Las prácticas cotidianas no importan
La vida cotidiana como tal no merece tratamiento informativo. En el futuro, la vida de las ciudades antiguas (las de hoy) no podrán estudiarse, por ejemplo, a través de la radio.
El futuro es impredecible
No se exploran las consecuencias sociales de los grandes fenómenos que transforman las ciudades: migraciones intraurbanas, autoritarismo, ausencia de participación en decisiones públicas, etc.
De todo eso se habla a diario, por supuesto, pero no de sus efectos sobre la ciudad como cuerpo social, no sobre la formación de alguien como ciudadano, no como modelo de Estado que está en medio de las relaciones sociales.
Para cerrar esta parte...
“La noticia no es un reflejo de la realidad, tampoco una reconstrucción, sino una determinada forma de construir la realidad”
Teun A. van Dijk, profesor de análisis del discurso Universidad de Amsterdam
Comentarios
Saludos,
Victor Solano
http://solanoconsultores.blogspot.com/