3. Asimilar la idea del surgimiento de la nación ligada al Ejército o gracias a él
Esta es una relación directa: el 7 de agosto es también el Día del Ejército (muchos periódicos han publicado estos días informaciones al respecto, incluso bajo el rótulo de “Información institucional”, que equivale a un publirreportaje).
Se trata de una conexión que ubica al Ejército como una institución central tanto en la estructura del Estado como de la organización social. Y, cada vez más, como parte fundamental de la sociedad colombiana.
Tal factor tiene una incidencia menos evidente para el ciudadano pero quizá más poderosa sobre el mundo que él habita que aquella, por ejemplo, la revalorización del pasado que se encuentra presente en la reiteración del mito fundacional de la nación.
Y lo es porque comporta un ejercicio real de poder y de incidencia en la vida nacional, mientras que la otra se halla en el plano meramente simbólico, sin que ello signifique restarle importancia dado que lo simbólico es un efectivo sustrato que también conduce a la acción.
Esa idea del surgimiento de la nación colombiana ligada al Ejército Nacional tampoco es nueva, la misma literatura militar que se inscribe en la línea tradicional ha considerado en forma reiterada que el Ejército Nacional es, más que pilar de la Nación colombiana, prácticamente el padre mismo de ella o su creador.
Uno de los clásicos del pensamiento militar colombiano, Tomás Rueda Vargas (quien era un civil), atribuye la función de organización de las “nuevas nacionalidades” a Bolívar, quien para los militares es más que el Libertador: es un general y el primer comandante que tuvo la institución armada, según sus textos de historia.
(En la galería de comandantes que presenta el libro Historia militar del Ejército de Colombia, editado por el Centro de Estudios Históricos del Ejército en 2007, aparecen los retratos de quienes han ocupado dicho cargo desde 1819 hasta el año de publicación del mismo: Simón Bolívar está en la primera línea).
Esto escribió Rueda Vargas sobre la época inmediatamente posterior a la Independencia en un artículo que tituló “Nuestro Ejército”, publicado el 31 de agosto de 1909: “Destruido el enemigo y ocupado el general Bolívar en la lucha política que naturalmente se empeñó al principiar a organizar las nuevas nacionalidades, las rivalidades que, en estado latente, existían entre los jefes militares estallaron”.
El mismo autor, al igual que muchos otros civiles y uniformados, han reiterado en numerosos escritos, lugares y momentos ese papel que se auto atribuyen los militares, esa auto representación que elaboran o les elaboran de ser fundadores de la nación.
Comentarios