Conclusión: la nación colombiana narrada
Foto tomada de http://web.presidencia.gov.co/especial/ruta_2009/index.html
Este recorrido por unos cuantos episodios alrededor de la batalla de Boyacá permiten comprender como la historia, igual que las ideas de nación, patria o nacionalismo, es un tejido narrativo que se construye en el tiempo, un constructo social armado como un rompecabezas para crear una figura determinada.
En el caso analizado se devela un esfuerzo simplificador que borra matices, crea linderos precisos sobre cómo se debe interpretar un hecho considerado fundacional de la historia colombiana y, de paso, entender el rol que tienen los grupos hegemónicos, en este caso la principal institución militar colombiana, en el proceso de creación o consolidación de representaciones, de cara a configurar imaginarios en el común de los ciudadanos.
Al repasar el concepto de nación, esa categoría propia de la modernidad que se empieza a configurar como producto histórico en el siglo XVIII, se encuentra que evidentemente es una construcción narrativa, tal como lo plantea Homi K. Bhabha y otros teóricos inscritos en la corriente poscolonialista de los estudios nacionalistas.
Una construcción narrativa compuesta por múltiples piezas, expuestas cada una de ellas en distintos momentos, lugares, alteridades y simultaneidades, pero engranadas de manera armónica para crear un solo sentido.
Piezas que son parte de un conjunto de estrategias discursivas que apuntan al mismo significado de los conceptos que presentan, que trazan puntos de conexión con otras estrategias socializantes y “patriotizantes” como los libros de texto escolar o los desfiles militares.
Todo el decorado romántico que rodea a las celebraciones actuales son típicas de esa corriente que entiende la “historia patria” de Colombia, idéntico a la de cualquier otro país, como la exaltación llena de calificativos ampulosos y la glorificación de unos hechos y personales.
Sólo que ahora se presentan a través de un ropaje nuevo, con un estilo propio de los tiempos actuales. Con la televisión incluida, por supuesto.
En el caso analizado se devela un esfuerzo simplificador que borra matices, crea linderos precisos sobre cómo se debe interpretar un hecho considerado fundacional de la historia colombiana y, de paso, entender el rol que tienen los grupos hegemónicos, en este caso la principal institución militar colombiana, en el proceso de creación o consolidación de representaciones, de cara a configurar imaginarios en el común de los ciudadanos.
Al repasar el concepto de nación, esa categoría propia de la modernidad que se empieza a configurar como producto histórico en el siglo XVIII, se encuentra que evidentemente es una construcción narrativa, tal como lo plantea Homi K. Bhabha y otros teóricos inscritos en la corriente poscolonialista de los estudios nacionalistas.
Una construcción narrativa compuesta por múltiples piezas, expuestas cada una de ellas en distintos momentos, lugares, alteridades y simultaneidades, pero engranadas de manera armónica para crear un solo sentido.
Piezas que son parte de un conjunto de estrategias discursivas que apuntan al mismo significado de los conceptos que presentan, que trazan puntos de conexión con otras estrategias socializantes y “patriotizantes” como los libros de texto escolar o los desfiles militares.
Todo el decorado romántico que rodea a las celebraciones actuales son típicas de esa corriente que entiende la “historia patria” de Colombia, idéntico a la de cualquier otro país, como la exaltación llena de calificativos ampulosos y la glorificación de unos hechos y personales.
Sólo que ahora se presentan a través de un ropaje nuevo, con un estilo propio de los tiempos actuales. Con la televisión incluida, por supuesto.
Comentarios
Me gusto que nos informa que nuestra independencia no se basa solo en la batalla de Boyacá y olvidan de otros hechos ocurrieron pa tener nuestra libertad.