“La noticia en Q’hubo desnaturaliza el fenómeno de la violencia”


Al igual que toda la prensa sensacionalista del mundo, el periódico Q´hubo es menospreciado por intelectuales y seudo-intelectuales, criticado por académicos, mirado por encima del hombro por la prensa “seria”, pero amado y muy leído por las clases populares.

La afirmación del título es de John Esteban Ardila Espinosa, quien para obtener su diploma como Periodista, en la Universidad de Antioquia, hizo un interesante trabajo de grado que analiza el periódico Q’hubo, edición Medellín, el diario que tiene una mayor circulación en el departamento de Antioquia.



Los editores y periodistas de Q´hubo llaman a su medio “prensa popular”, una denominación que, aunque tiene mucho de cierto, me suena más a eufemismo para no nombrarlo como lo que realmente es: sensacionalista (mas no amarillista, que es algo distinto).

Desde hace unos años este Q´hubo tiene una lecturabilidad y circulación por encima de su hermano mayor, el muy serio y cada vez menos influyente El Colombiano, que por un siglo fue el diario de referencia en esta región del país.

El análisis de Ardila me parece bueno porque presenta una serie de elementos que se pueden advertir con una lectura más o menos juiciosa de ese periódico, pero que al tenerlos agrupados –como lo hizo él en su trabajo de grado– ofrece una visión panorámica de ese medio informativo.

John Esteban Ardila Espinosa
Sobre Q´hubo, John Esteban Ardila concluyó, entre otras cosas:

-         Las noticias sobre hechos de sangre consultan como fuentes principales a funcionarios judiciales y policiales, pero nunca a académicos que contextualicen los fenómenos de la violencia. Al no explicar los procesos de la violencia, ella aparece desnaturalizada, como caída del cielo sin razón alguna –complemento yo–.

-         Esas noticias se concentran en informar el “qué” ocurrió (que creo es lo más obvio y lo mínimo que se exige a una información periodística).

-         Si bien el periódico adopta la estética del sensacionalismo, trata en sus textos de tener el estilo informativo seco y directo de la prensa seria tradicional.


-         Utilizan con muchísima frecuencia una vieja fórmula que aparece en los boletines de prensa que entrega la Policía: “móviles y sindicados de los hechos son materia de investigación”. (¿Habrá alguien que crea de verdad eso?)

-         Las fotos muestran básicamente la escena de los crímenes, pero no los cadáveres. Ardila encontró que son reiteradas las imágenes de las cintas amarillas usadas para demarcar los sitios de los homicidios y los carros de la Fiscalía que recogen los cuerpos de los fallecidos.

-         El hecho de no centrarse en los cadáveres hace que Q’hubo sea sensacionalista y no amarillista. Esta última categoría se presenta cuando se lleva al extremo los elementos sensacionalistas de un suceso: detalles mórbidos de la historia, imágenes de primeros planos de sangre, asuntos que llevan al morbo...

-         “El discurso periodístico es el de la duda”: utiliza mucho la frase “al parecer el crimen…”; es decir, se refiere a lo presunto, a lo que no se sabe con certeza pero que sin embargo el periódico lo dice.

-         Hay fuentes que rara vez aparecen: funcionarios del gobierno, organizaciones no gubernamentales y los ya mencionados especialistas en el análisis académico de la violencia.

-         Y a los profesores universitarios, el futuro profesional del periodismo nos dijo: “Es el medio más leído en nuestra sociedad, pero el menos estudiado por los académicos”.

En síntesis, el joven autor define a Q´hubo como “un contador de homicidios”, por quedarse solo en eso y no explicar la violencia.

Un trabajo que, repito, me pareció interesante, y que presentó esta semana en el IV Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro, el cual por primera vez se abrió a permitir que se expusieran estudios sobre "víctimas y victimarios en los medios de comunicación".

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